Qué contexto ni qué contexto. Que época machista ni qué época machista. Todas lo son. Qué denuncia de ese lugar de las mujeres, ahí no hay ninguna. Un director de cine como Scorsese tiene el derecho de poner el ojo en la dimensión de la vida que le interese. Y él tiene puesto el ojo en el mismo sitio que hace 50 años: Ellos en el centro de la toma y de la vida. Ellas en el asiento trasero del carro de la historia. ¿Qué tal si en esas 3 horas y media, mira que te sobraba tiempo, nos contaba algo más profundo y complejo y terrible y revelador de no ser uno de ellos, de ser la esposa, la hija, la amante, la madre o, ya puestos, las gansters? No sé, algo para que me den ganas de estar ahí, de mirarme ahí, de buscarme ahí. Bueno, quédense solos pues mirándose en el enésimo espejo de su cultura excluyente.