Se archivó el caso Borea, el caso del director de un colegio que abusó de decenas de alumnos, porque sus delitos prescribieron. Pero gracias a los testimonios valientes de las víctimas, de los alumnos del Héctor de Cárdenas, de las niñas awajún, y de las del Sodalicio, se cambió el código penal y hoy ese tipo de abuso ya no prescribe.