La última jugada sucia del Congreso es inesperada, como si le sobrara tiempo y dinero siguen atacando la educación pública contra la discriminación en base a prejuicios y fobias religiosas. Por ello, tenemos que cerrar filas para seguir defendiendo la educación con enfoque de género. Detrás de la supuesta preocupación por los niños y niñas, hay una verdad horripilante: su falta de respeto por la gente que no es como ellos, su negación de las diversas orientaciones e identidades de las personas.  

Una de las predicadoras anti-derechos intentaba atacar el Currículo Nacional de Educación Básica pegaba el grito al cielo porque en un texto escolar se hablaba de la masturbación. La mujer compartió eso como si el Minedu estuviera pervirtiendo a los chicos y los estuviera llevando a Sodoma y Gomorra.


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