Su participación como ministro de Cultura fue bastante breve y nos dejó un sabor algo amargo, cuando forzado o presionado por el fujimorismo juzgó como inapropiada una muestra llamada Resistencia Visual 1992. Cayó en el juego de los que quieren criminalizar este espacio como el congresista Edwin Donayre, hasta se forzó la renuncia del entonces director del Museo de la Memoria.
Sin embargo, tuvo otros gestos como su renuncia al cargo cuando Pedro Pablo Kuczynski indultó a Alberto Fujimori. Fue muy poco de lo que pudimos ver de Salvador del Solar, aunque sabemos que se ha estado preparando para el cargo, y que es una persona honesta, progresista y es la primera vez que alguien tan relacionado a la cultura se convierte en primer ministro.
Esto parece ser una buena noticia, por ejemplo, con el tema del patrimonio cultural y la construcción del aeropuerto de Chinchero (Cusco). En este caso, sería crucial que del Solar mueva fichas. Si es caviar como dicen los fujimoristas, tiene una gran oportunidad para reconducir a este gobierno neoliberal.