Si se comprobara la denuncia de la extrabajadora de Telefónica, nos encontraríamos ante un gravísimo caso de obstrucción de la justicia por parte, nada menos, que de una multinacional de las comunicaciones, una bestia mucho mayor que la propia Odebrecht. Una empresa que para que se hagan una idea, gana más de 3,000 millones de euros al año mientras nosotros nos comemos los mocos mandando gif a nuestros patas.