Keiko dio la orden y todos se pusieron a lavar con jabón Coctel, que limpia, pule y desengrasa a fondo la cochinada de los aportantes corruptos. Pero hay ovejas descarriadas -como el hablador Reátegui- que ya no van a volver al rebaño. Tras la pelea entre Salaverry y Bartra y la intervención de Salgado en el Congreso, queda claro que el fujimorismo es hoy El chavo del 8.