Una camisa que habla, perforada, arrastrada, manchada, ensangrentada, casi deshecha: la camisa del periodista Hugo Bustíos, tal y como quedó después de que éste fuera abaleado y su cuerpo dinamitado. Esta camisa que nos ha mostrado Ojo Público es nuestra memoria en carne viva. Si un acusado de asesinar a un periodista llegara a ganar las elecciones, nos estaríamos retratando como sociedad. Es el roba pero hacer obra llevado al paroxismo: es el mata pero qué chucha.