“No se puede ser rebelde sin antes ser digno, y la dignidad no es una fe, es un derecho. No teman niños, habrán brazos que contengan su hermosa naturaleza. Tapiar la puerta no va a oscurecer el horizonte, porque serán ustedes, niños quienes gobernarán su biografía”. Con esas palabras, Daniela Vega, mujer trans chilena, actriz y protagonista de la premiada “Una mujer fantástica”, celebraba en su tuiter la aprobación definitiva de la Ley de identidad de género en, como se dice, el hermano país de Chile, que hoy es, sin duda, nuestro hermano aventajado. La chilena es una sociedad que está dando grandes pasos contra la discriminación, mientras que la peruana sigue dando pasos para atrás, por cortesía de los religiosos fanáticos del odio (la única queja amigos chilenos: dejen de mandarnos empresas racistas y discriminadoras como Saga Falabella al Perú. No las queremos. Mejor exporten igualdad, que es lo mejor que saben hacer).