La cultura que el fujimorismo fundó y que en los últimos tiempos ha refundado es la de la mentira por deporte. Que a estas alturas Yesenia Ponce siga enredándose en sus falsedades y en sus lágrimas en la sesión de la Comisión de Ética, que insista en su inocencia hasta sacar de quicio, ya no sorprende.
Los fujimoristas tienen como principio jamás desmentirse, jamás retractarse, jamás reconocer en nada, porque siempre habrá un aparato corrupto detrás para respaldarlos. No podemos permitir que sigan acumulando más poder.