¿Realmente le sorprende a alguien que la gente esté indignada? La solución a nuestros problemas no se va a producir quemando carros, pero cuando el elemento podrido es el Poder Legislativo; es decir los mismos que dictan las reglas de juego, es difícil conservar la calma.

Toda forma de violencia es condenable, pero la peor de todas es la que se ejerce desde la seguridad de los despachos usurpados al pueblo mediante el engaño y la manipulación.


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