Mañana es 8 de marzo y mi cuerpo se va a la huelga, se va al paro: quiero parar de oír esos mensajes opresores que han vertido sobre nuestros cuerpos y que en los momentos más oscuros hablan también desde nosotras. Que esta sea una huelga de autodesprecio, de miedo. Parar de afearme, de debiltarme, de envejecerme. Parar de cholearme, normativizarme, de segregarme, de desaparecerme. Parar de enmarronarme, de explotarme, de esclavizarme. No más mi cuerpo medio de producción. No más cárcel. No más campo de batalla. No más tu refugio. No más tu alimento. No más tu punching ball. No más tu fetiche. Nunca más tu delito.